El obispo de San Isidro y presidente del Episcopado, monseñor Oscar Ojea, compartió su reflexión pastoral para el sexto domingo del tiempo ordinario, en el que se celebró también la canonización de María Antonia de Paz y Figueroa, Mama Antula.

A la luz del Evangelio de San Marcos, que presenta el encuentro de Jesús con el leproso, el prelado señaló: “Jesús se conmueve y se compadece frente al límite y a la miseria humana. Se conmueve justamente cuando el leproso se inclina ante Él, de rodillas, este acto de humildad que lo hace consciente de su propia limitación”.

“El Señor, de alguna manera, vibra en el corazón cuando somos conscientes de nuestra debilidad, de nuestro pecado, de nuestra miseria; cuando no miramos para otro lado, sino cuando reconocemos lo nuestro. Esto es lo que provoca la compasión, este padecer con”, puntualizó.

En relación con la canonización de la primera santa argentina, el presidente de la Conferencia Episcopal destacó que “el amor de Jesús fue lo que llevó a Mama Antula a ser una verdadera peregrina de esperanza”.

“El cristiano es un caminante, el cristiano es un peregrino y ella, descalza, después de la expulsión de los padres Jesuitas a mediados del siglo XVIII, sale de Santiago del Estero y recorre varias provincias para que otros hermanos puedan vivir en sus corazones el encuentro con Cristo a través del Evangelio con el método de los ejercicios de San Ignacio”, sostuvo el obispo de San Isidro, y destacó que “el acto de los ejercicios unía en la oración de Jesús y el conocimiento de Jesús a todos”.

Hacia el final de su reflexión, monseñor Ojea animó: “Qué falta nos hace a nosotros en este momento de la vida del país, con tantas heridas, con tantas lastimaduras, poder compartir entre distintas culturas, distintas miradas, poder compartir para poder llevar el país adelante, nuestras miradas y unirnos finalmente”.

“Que la gracia de Mama Antula, primera santa mujer argentina, nos proteja, nos acompañe y nos enseñe a convivir como ella con su inquietud evangélica a través de los ejercicios espirituales. Que Dios los bendiga, y ahora sí con la intercesión de una santa propia de nuestro país”, concluyó.