¡Qué hermoso es encontrar al Señor!, y cuando lo hayamos hecho, debemos transmitir la alegría de ello a los demás.

El Papa Francisco hizo este reconfortante recordatorio durante sus palabras previas al rezo del Regina Coeli en este tercer domingo de Pascua.

El Santo Padre reflexionó sobre la lectura del Evangelio del día según San Lucas, que tiene lugar la tarde de Pascua. El pasaje narra cuando los apóstoles están reunidos en el Cenáculo y, en particular, cuando los dos discípulos regresan de Emaús y cuentan su encuentro con Jesús.

El pontífice continuó reflexionando sobre cómo este momento transformó sus vidas, y cómo igualmente, el encuentro con Jesús, lo cambia todo para todos los fieles.

Lo más bonito que tenemos para contar
Francisco destacó que a pesar de lo transformador que es nuestro encuentro con el Señor y de que "es lo más hermoso que tenemos para contar", a menudo todavía nos cuesta hablar de ello.

"Cada uno de nosotros podría decir mucho sobre esto; no siendo un sermón para los demás", aclaró, "sino compartiendo los momentos únicos en los que percibimos vivo y cercano al Señor, que encendió la alegría en nuestros corazones o secó nuestras lágrimas, que transmitían confianza y consuelo, fuerza y entusiasmo, o perdón, ternura, paz”.

El Sucesor de Pedro subrayó la importancia de compartir esto en la familia, en la comunidad y con los amigos.

Volviendo sobre nuestros pasos
El Papa observó cuán bien nos hará volver sobre nuestros pasos hacia los pensamientos y sentimientos que surgieron cuando nos colocamos en la presencia de Dios, y también sobre nuestros esfuerzos y trabajos para comprender y progresar en el camino de la fe.

"Si hacemos esto", dijo el Papa Francisco, "Jesús, tal como lo hizo con los discípulos en la noche de Pascua, nos sorprenderá y hará que nuestros encuentros y nuestros ambientes sean aún más bellos".

"Todos tuvimos un encuentro con el Señor", reconoció el Santo Padre, pidiendo a todos que lo recordaran.

'¿Cuándo se acercó el Señor a mí?'
"Tomemos un momento de silencio y pensemos", invitó el Papa, "¿cuándo encontré al Señor? ¿Cuándo el Señor se acercó a mí?".

Cuando experimentamos este encuentro con el Señor, él continuó preguntando si lo compartimos y le dimos gloria al Señor por la increíble experiencia.

De igual manera, pidió a los fieles que se cuestionen si escuchan a los demás cuando nos cuentan su encuentro con Cristo.

El Santo Padre concluyó recurriendo a la Santísima Madre para que nos ayude a compartir la fe, para que nuestras comunidades sean lugares cada vez mayores de encuentro con el Señor.