El arzobispo de San Juan de Cuyo, monseñor Jorge Lozano, contó una historia para graficar los sentimientos y sensaciones que embargan a cualquier persona al caminar sin rumbo y para recordar que "Jesús es nuestro Buen Pastor. Él nos busca cuando no encontramos salida".

Siete personas amigas fueron a acampar a orillas de un lago por una semana. No se trataba de un camping con servicios básicos; simplemente la hermosura creada; no había otros visitantes. Buscaban un lugar agreste y solitario. Sin energía eléctrica ni acceso a internet. Una aventura para disfrutar de la amistad, el silencio, la belleza del paisaje. 

Una fuerte tormenta imprevista les cambió los planes el tercer día. Después de más de 24 horas de lluvia tupida decidieron levantar campamento y regresar. Pero se encontraron con que el bosque que tenían que atravesar había cambiado de aspecto. Un par de árboles caídos, senderos borrados, y se perdieron. Sin batería ni señal en los celulares. Caminaron varias horas, sin lograr encontrar la salida. Cada tanto hacían sonar el silbato por si alguien escuchaba. 

En un momento uno de ellos, con buen oído, alertó haber escuchado un ladrido lejano, y otros lo fueron confirmando. Gritaron, chiflaron, y pronto un par de perros se les arrimaron, seguidos por don Zoilo en su caballo. El hombre, que sabía de la aventura, había salido a buscarlos. A media hora de camino llegaron a su casa en medio del bosque; un lugar humilde y una familia hospitalaria. 

Aunque era verano, los amigos estaban con mucho frío y completamente mojados. Lo que se fue dando en las horas siguientes fue un bálsamo de consuelo: fuego de hogar, pan casero calentito, sopa de verduras, recuperar fuerzas. Contaron a aquella familia lo que les había pasado. El dueño de casa extendió unas lonas y alfombras, y allí pudieron pasar la noche delante de la chimenea.

Al día siguiente, cargaron las mochilas en un par de mulas, y el pastor los acompañó hasta un poblado en el cual podían regresar a casa en transporte público. Tuvieron que hacer casi cuatro horas de camino. 

Tras finalizar el relato, el arzobispo de San Juan recordó: "Jesús es nuestro Buen Pastor. Él nos busca cuando no encontramos salida. Nos brinda cobijo y ternura. Restaura nuestras fuerzas".

"Jesús es el Buen Pastor. Y llama a algunos a colaborar con Él y confiarles esa misión pastoral: 'como el Padre me envía a mí, yo los envío a ustedes'. Una misma misión que es 'pasión por Jesús y pasión por su pueblo'", agregó citando al Papa Francisco.

Monseñor Lozano recordó que este 4 de agosto se celebra "la memoria de san Juan María Vianney, el patrono de los sacerdotes" y afirmó: "Somos personas frágiles, pero que entregamos la vida con alegría para ser pastores según el corazón de Jesús. Necesitamos de tu oración y compañía".