La Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación de Argentina (Agencia I+D+i) es el nombre completo del organismo que financia proyectos científicos pero el gobierno de Milei dispuso un recorte del 78% de sus fondos y la dejó al borde del cierre. Esta semana, los científicos con proyectos vigentes se enteraron que no habrá más dinero para sus investigaciones (ver informe).

Mientras que el CONICET financia infraestructura, edificios, equipamientos y personal de carrera y becarios, la Agencia invertía en proyectos, o sea, en líneas de investigaciones rigurosamente seleccionadas en distintas ramas del conocimiento desde las ingenierías, la medicina, la biotecnología aplicada al agro, la industria alimenticia y las ciencias sociales, entre muchas más.

En una era donde no abundan los consensos, hay acuerdo sobre la importancia del desarrollo científico y tecnológico y el conocimiento como valor estratégico. Pero en Argentina esa capacidad de investigar que es muy destacada a nivel mundial ahora se puso en jaque: vislumbramos un panorama sombrío sin fondos para sostener los equipos andando, reparar los que necesiten ajustes o renovar los que estén obsoletos, contó a LPO Fabio Busnengo, investigador principal del CONICET y director del Instituto de Física Rosario.

"La física es una ciencia experimental y las preguntas surgen en medio de los experimentos, por eso es fundamental contar con equipos funcionando y que sean modernos para hacer una ciencia competitiva a nivel internacional para no hacer cosas que a nadie le interesa y se saquen conclusiones que ya han sido sobrepasadas", agregó el investigador.

 Vislumbramos un panorama sombrío sin fondos para sostener los equipos andando, reparar los que necesiten ajustes o renovar los que estén obsoletos 

En el predio de la Ciudad Universitaria de Rosario se encuentran las doce Unidades Ejecutoras de CONICET que, a su vez, se dividen en Institutos y ocupan sofisticados edificios con modernos laboratorios, instalaciones de experimentación, archivos y docencia. Entre otros tantos, hay un Instituto de Ciencia de los Materiales y sus trabajos se utilizan en la industria y la construcción. Periódicamente se hacían mesas de trabajo con pequeñas y medianas empresas que exponían sus necesidades y los científicos explicaban sus avances. Todo eso ahora quedó sin financiamiento.

Informe sobre subejecución presupuestaria y recortes en Ciencia y Tecnología

"Sin fondos, comienzan a faltar equipamiento, insumos, gases, drogas para sintetizar nuevos materiales y todo eso sale carísimos. Por eso es imprescindible el financiamiento del Estado. Ahora, el gobierno quiere que la Agencia se autofinancie con fondos que aporten las empresas. ¿Qué empresario va a poner fondos en investigación básica cuando un proyecto es un viaje a lo desconocido con resultado incierto?", se preguntó Busnengo que hace esfuerzos para explicar lo evidente.

Guillermo Labadie es químico y dirige el CONICET Rosario. Se especializa en el desarrollo de medicamentos para enfermedades desatendidas por la industria farmacológica como el chagas parasitosis, tuberculosis y cánceres. En diálogo con LPO, explicó cómo funcionaba la Agencia I+D+i:

"Todos los años se abría la convocatoria para proyectos que se seleccionaban mediante rigurosos concursos. Los elegidos recibían los fondos y se ejecutaban los proyectos que duraban entre 3 y 4 años. Durante ese tiempo, los equipos tenían la obligación de presentar informes periódicos que eran evaluados por pares y científicos del exterior", detalló Labadie.

"Una vez que se establecen los planes en Ciencias y Tecnologías se consideran áreas prioritarias, se privilegian ciertas temáticas sobre otras, se definen temas abiertos y se buscan propuestas que se consideren oportunas, eso es potestad de cualquier gobierno. Eso es delimitar un plan científico. Lo que se hace ahora es directamente vaciar a la ciencia", consideró.

Un dato fundamental que aportó el director del Conicet Rosario es que la Agencia I+D+i se manejaba históricamente con créditos del BID de afectación específica y sus recursos no se pueden desviar y si las partidas no se transfieren, el Estado las tiene que devolver. Como este año se subejecutaron los fondos y se paralizaron investigaciones cuando estaban los recursos, el gobierno le va a tener que devolverle al BID esos fondos. Tampoco se pidió la partida para el 2026 y eso significa la paralización de proyectos y pérdida de muchos avances.

 la Agencia I+D+i se manejaba históricamente con créditos del BID de afectación específica y sus recursos no se pueden desviar y si las partidas no se transfieren, el Estado las tiene que devolver. Como este año se subejecutaron los fondos y se paralizaron investigaciones cuando estaban los recursos, el gobierno le va a tener que devolverle al BID esos fondos 

Por otro lado, el sistema científico colabora en el concierto internacional. Ahora el desfinanciamiento de la investigación abrirá una nueva era de éxodo de científicos argentinos a Europa, Estados Unidos u otros destinos con posibilidades.

Hasta ahora, Argentina era un lugar atractivo para científicos latinoamericanos que venía a especializarse y a investigar en el país. En diálogo con LPO, el especialista en Historia de la Educación Gustavo Adolfo Parra de Colombia estudia las transformaciones pedagógicas en la escuela secundaria entre las décadas de 60 y 70. La investigación obtuvo financiamiento de la Agencia para el período de marzo 2024 a febrero 2027, fueron uno de los últimos grupos que consiguieron beca y se la suspendieron a los pocos meses.

Con los recortes de Milei, las condiciones cambiaron significativamente. Además del vaciamiento financiero, a los extranjeros se les suma el inconveniente de que la Agencia no emite los recibos de sueldo desde febrero de este año. Sin poder comprobar que trabajan, no pueden pedir la residencia definitiva y se les complica renovar la transitoria.

Además, los ingresos de los becarios se congelaron en los 800 mil pesos promedio y lo tienen que hacer alcanzar para la subsistencia y también pagar los seminarios que tienen que cursar para su formación doctoral que para los extranjeros es una cuota más elevada. La matrícula ronda los 550 mil pesos por cuatrimestre y a veces tienen que viajar a otras universidades para cursar, contó Gustavo.

Otro caso similar es el de Eva Soto, también colombiana, que se especializa en biomedicina y estudia el cáncer de mama triple negativo y el reposicionamiento de fármacos. Eva investiga cómo actúa la microbiota insestinal y tumoral para identificar la reacción con los fármacos y la manera en que los microorganismos del intestino pueden favorecer o no a los tratamientos oncológicos.

La duda que tiene Soto y la mayoría de los investigadores es el lugar que le dará el gobierno a la ciencia básica porque sus voceros hablan solo de la aplicada cuando la ciencia básica es la que le da el andamiaje a la industria farmacológica, por ejemplo.

 Pareciera que ni las entidades del campo ni los industriales reivindican esta alianza que tantos beneficios les han generado. Al menos en sus reclamos más aireados que no van más allá de la eliminación de las retenciones. 

Para su trabajo Eva necesita del laboratorio e insumos para seguir investigando. Una de las líneas que siguen atentamente son las nuevas bacterias resistentes a los antibióticos, un tema que le quita el sueño a la ciencia internacional y que se está estudiando en los laboratorios del CONICET Rosario.

En el recorte cayeron institutos que hicieron grandes aportes al campo y a la industria. El más reconocido por su impacto internacional fue el Trigo HB4, un proyecto que condujo la biotecnóloga de CONICET Santa Fe Raquel Chan y al que se sumó Bioceres en su tiempo de esplendor. Como ese, hay cientos de descubrimientos que se cimentaron en los laboratorios argentinos y que le dieron impulso al engranaje productivo más allá de los vaivenes políticos.

Sin embargo, pareciera que ni las entidades del campo ni los industriales reivindican esta alianza que tantos beneficios les han generado. Al menos en sus reclamos más aireados que no van más allá de la eliminación de las retenciones.

El recorte a la ciencia del presupuesto 2026 ronda los 300 millones de dólares, poco más de la mitad de lo que representará para la recaudación la reducción de retenciones a las exportaciones de cereales y derivados de entre 2 y 3 puntos como anunció Toto Caputo esta semana. La Bolsa de Comercio de Rosario calculó en 511 millones de dólares que el Estado no recaudará.

Como sea, Argentina no podría haberse convertido en uno de los países líderes de la siembra directa sin la ciencia y la tecnología que permitió expandir los límites agrícolas y potenciar los rindes y convertir a la agricultura en la principal fuente genuina de dólares. A pesar de ello, los gobiernos provinciales tampoco son muy efusivos en el reclamo al gobierno nacional.