“Hoy deseo encomendar al Señor a las víctimas del atentado terrorista perpetrado ayer en Sídney contra la comunidad judía”, afirmó el Pontífice sobre el ataque de este domingo en un playa de Bondi, en la capital australiana, que dejó al menos 15 muertos y 40 heridos durante la celebración de Hanukkah.

Esta festividad de gran importancia para la comunidad hebrea también se conoce como la Fiesta de las Luces, y conmemora la dedicación del Segundo Templo en Jerusalén tras la victoria de los macabeos sobre los seléucidas, en el siglo II a.C., y el milagro del aceite.

En el atentado, dos individuos armados con rifles abrieron fuego contra más de 1.000 personas reunidas para el inicio de la festividad, desatando escenas de pánico y una huida masiva hacia la playa y los comercios cercanos.

Uno de los asaltantes murió durante la respuesta policial mientras que el segundo se encuentra en estado crítico.

La policía investiga los vínculos de los atacantes con una organización terrorista yihadista, según informan medios locales. Entre las víctimas hay una niña y un superviviente del Holocausto.

“Dejemos que la ternura del Niño Jesús ilumine nuestra vida”, instó el Pontífice.

El Santo Padre hizo estas consideraciones durante la audiencia que ha concedido esta mañana a las delegaciones que han donado al Vaticano el abeto y los nacimientos que este año vestirán de Navidad tanto la Plaza de San Pedro como el Aula Pablo VI.

Además, León XIV mandó un telegrama, firmado por el secretario de Estado, el Cardenal Pietro Parolin, al arzobispo de Sídney, Mons. Antony Colin Fisher, para mostrar su profundo pesar por el atentado.

En el mensaje, el Pontífice se declara "profundamente entristecido al conocer el horrendo ataque" y asegura su cercanía espiritual a todas las personas afectadas por este "absurdo acto de violencia". El Papa expresa su esperanza de que quienes se sienten tentados por la violencia experimenten una conversión y opten por "el camino de la paz y de la solidaridad".

Asimismo, León XIV eleva su oración por la recuperación de los heridos y por el consuelo de quienes lloran la pérdida de sus seres queridos. Al encomendar a las víctimas a la misericordia amorosa de Dios todopoderoso, el Papa invoca finalmente "las bendiciones divinas de paz y fortaleza sobre todos los australianos".

Por su parte, los líderes católicos en Australia respondieron con oración y condena al antisemitismo al atentado. Mons. Anthony Fisher, Arzobispo de Sídney, pidió oración y la intercesión de la Virgen María inmediatamente después del tiroteo del 14 de diciembre.