Las situaciones más difíciles y dolorosas requieren "paciencia confiada, anclada en el amor de Dios". Como la que experimentó el Papa que, el día de su regreso al Vaticano, en el texto preparado para el Ángelus, el último de su estancia hospitalaria en el hospital Gemelli, indica la importancia de la paciencia.
"Durante este largo período de hospitalización, he tenido la oportunidad de experimentar la paciencia del Señor, que veo reflejada también en el incansable cuidado de los médicos y del personal sanitario, así como en la atención y la esperanza de los familiares de los enfermos. Esta paciencia confiada, anclada en el amor de Dios que nunca falla, es verdaderamente necesaria en nuestra vida, especialmente para afrontar las situaciones más difíciles y dolorosas", plantea el sucesor de Pedro.
Francisco expresa una vez más su pesar por la reanudación de los bombardeos israelíes sobre Gaza, con numerosos muertos y heridos, y su preocupación por la grave situación humanitaria que atraviesa la región: "Pido que se silencien las armas inmediatamente; y tengamos el coraje de reanudar el diálogo, para que todos los rehenes sean liberados y se alcance un alto el fuego definitivo. La situación humanitaria en la Franja es una vez más muy grave y requiere un compromiso urgente de las partes en conflicto y de la comunidad internacional".
En cambio, la esperanza se hace realidad en el Cáucaso Sur, donde se ha alcanzado un acuerdo: "Me complace que Armenia y Azerbaiyán hayan llegado a un acuerdo sobre el texto final del Acuerdo de Paz. Espero que se firme lo antes posible y contribuya así a establecer una paz duradera en el Cáucaso Sur".
Francisco concluye agradeciendo a todos los que rezan por él, e implora que "se ponga fin a las guerras y se logre la paz, especialmente en Ucrania, Palestina, Israel, Líbano, Myanmar, Sudán, República Democrática del Congo, ...".