Lo que se suponía que sería una celebración comunitaria por la fiesta judía de Janucá se convirtió en una escena trágica cuando al menos 16 personas murieron, incluido un niño pequeño, y muchas otras resultaron heridas en la playa Bondi de Australia en la noche del 14 de diciembre.
Tras estos terribles acontecimientos, el arzobispo de Sídney, monseñor Anthony Fisher, emitió una declaración argumentando que el ataque terrorista "debe conducir al cambio".
En su declaración, el arzobispo Fisher describió el ataque como un "desprecio descarado e insensible por la vida humana", al tiempo que calificó el odio de algunas personas hacia todos los judíos como un "mal indescriptible que debe ser repudiado por todos los australianos". Subrayó que cualquier ataque contra un judío en particular es un ataque contra toda la comunidad judía.
Cualquier ataque de este tipo es "una afrenta a nuestra forma de vida como australianos" y "debe ser condenado inequívocamente y debe hacerse justicia rápidamente a las víctimas".
El arzobispo Fisher señaló que, en los últimos dos años, se ha generado un ambiente de antisemitismo público que ha provocado intimidación, división, manifestaciones y la normalización del lenguaje incendiario. Estas acciones aumentaron la tensión y quizás contribuido a la radicalización. Esto debe cesar.
Para el arzobispo, este ataque le tocó una fibra personal, ya que su bisabuela era judía. Sin embargo, señaló que es algo personal para todos los cristianos, pues "son hijos de los judíos. Por lo tanto, un ataque contra los judíos es un ataque contra todos nosotros".
Un desafío para los católicos
En medio de la tragedia, el arzobispo notó algunas "huellas de bondad" en "la extraordinaria valentía de la policía, los oficiales de ambulancia y los salvavidas, así como de los transeúntes; y en la generosidad de espíritu de quienes ofrecieron ayuda a los afectados".
Expresó sus más sinceras condolencias a toda la comunidad judía y les aseguró que rezarían por ellos. "Amamos a nuestros vecinos y amigos judíos, y debemos hacer todo lo posible para protegerlos", explicó el arzobispo de Sídney.
También concluyó su declaración con una promesa: "La comunidad católica redoblará sus esfuerzos para combatir el antisemitismo mediante la educación y la predicación". La comunidad católica local ofrece servicios educativos y de asesoramiento a sus vecinos judíos, a la vez que continúa celebrando servicios religiosos por los fallecidos, heridos y traumatizados.
El arzobispo Fisher señaló que Janucá y Navidad se celebran al mismo tiempo y se centran en la fe, la familia, los regalos y la luz. Ofreció oraciones para que Dios "conceda sabiduría a nuestros líderes y derrame sanación y esperanza sobre nuestra comunidad en estos momentos".