En un territorio ampliamente favorable para Ducati, no sorprendió la victoria de Francesco Bagnaia, que en la partida se adueñó de la cabeza de la carrera y desde la cima controló el desarrollo. En un circuito en el que sufre Yamaha, el segundo puesto de Fabio Quartararo tiene sabor a triunfo para el francés, que partió quinto y demostró la jerarquía y la consistencia que debe exhibir un campeón. Los máximos contendientes a la corona, aunque entre ellos se intercale Aleix Espargaró (Aprilia), dejaron su sello en el Red Bull Ring, donde el MotoGP desanduvo la 13a. fecha del Mundial, que el 4 de septiembre retomará la acción en Misano.

Las múltiples combinaciones en la elección de neumáticos esperanzaron con una carrera abierta, cambiante. Las Ducati oficiales se inclinaron por el compuesto blando delantero y medio trasero, mientras que Yamaha calzó a Quartararo con delantero duro y el mismo caucho que las Desmosedici para atrás. El tren que diseñaron los usuarios de Ducati con Enea Bastianini Jorge Martin –pilotos del Gresini Racing y quienes batallan para ascender al equipo oficial en 2023- como acompañantes de Bagnaia y Jack Miller para conformar un póquer, resultaba también un dique para contener al Diablo, que mientras observaba cómo sus rivales marcaban el rumbo caía a la sexta ubicación en la partida, tras perder la posición con Maverick Viñales (Aprilia).
Cada piloto de Ducati tenía un rol que cumplir en el trazado austríaco: Pecco Bagnaia solo reconocía el triunfo como posibilidad para recortar la diferencia con Quartararo en el Mundial. Los éxitos en Assen (Países Bajos) y Silverstone (Gran Bretaña) alimentaron la ambición del italiano, que al ganar encadenó por primera vez tres festejos en MotoGP. Cumplió a la perfección la estrategia: hizo una carrera lenta, administrando los neumáticos por si debía repeler en los giros finales algún ataque, en particular del campeón francés. Pero su plan desacomodó al resto: su compañero Miller –dejará el equipo el año próximo- tuvo que contentarse con ser un fiel escudero y no aspirar en ningún momento a los 25 puntos que entrega una victoria. “La moto funcionó muy bien todo el fin de semana. Al comienzo de la carrera tuve posibilidades para superar a Pecco… Al final sufrimos con los neumáticos”, relató en la transmisión oficial el australiano, que completó el podio.
Bastianini y Martin pulsearon una carrera particular, con la meta de exhibirse para ser elegidos pilotos oficiales en 2023, aunque el resultado fue negativo para los representantes del Gresini Racing. El italiano abandonó en los primeros giros por una falla, inconveniente que lo hizo salirse de pista, aunque sin protagonizar un accidente; el español se cayó en la vuelta final y finalizó décimo, cuando era candidato a ser parte del podio. Las dos situaciones favorecieron a Quartararo, que escaló e hizo gala de sus virtudes de manejo y de una concentración notable para no cometer errores. “De las mejores carreras de mi campaña. Fui siempre al límite. Una carrera físicamente muy dura, porque cada vuelta estaba clasificando para poder ser competitivo”, comentó, exultante, el Diablo. “No fueron buenas las primeras vueltas, pero remonté con adelantamientos. No sé si con algunas vueltas más de carrera le peleaba a Pecco, porque viajé al límite”, señaló, quien apenas cedió cinco unidades frente al ganador y conserva una brecha de 44 puntos en el campeonato sobre Bagnaia. Entre ellos asoma Aleix Espargaró, que tuvo inconvenientes con el control de largada, se repuso, pero volvió a caer en el clasificador y terminó sexto; 32 puntos lo separan de Quartararo en el Mundial.

El warm-up resultó una señal de lo que podía ensayar Quartararo en la carrera: la prueba fue la única fisura que tuvo Ducati en todo el fin de semana en los relojes. Las Balas de Bolognia dominaron los entrenamientos con Miller y Johann Zarco y la qualy con Bastianini –la primera de la Bestia en MotoGP-; la carrera fue el broche con Bagnaia, que llegó a estar a 91 puntos del Diablo y ahora quedó a 44, con siete fechas por delante. “Una carrera larga, muy larga. Tenía que ser calmo y cuidadoso, porque había decidido utilizar la goma blanda adelante. También inteligente y constante con el tiempo de vuelta, porque estaba seguro de que así tendría ventaja para cerrar la carrera. Aun así, estuve un par de veces a punto de caerme”, dijo con una sonrisa Bagnaia, que triunfó por quinta vez en el calendario, mientras que Ducati suma siete éxitos.

La próxima cita será en Misano, otro circuito que en el que las Ducati asoman mejores perfiladas que el resto de las marcas. Será, seguramente, una nueva batalla entre la velocidad de Pecco Bagnaia y los trucos del Diablo Quartararo.