Éste martes 30 de julio se está cumpliendo 25 años que el Ex Cardenal Jorge Mario Bergoglio se alojó en la ex casa sacerdotal del Colegio Don Bosco de Resistencia Chaco, además se está cumpliendo también 25 años de la ordenación episcopal del Monseñor Jorge Rubén Lugones que se realizó en el Domo del Centenario de nuestra ciudad. A las 19:00 horas el Presbítero Fernando Goicochea, actual párroco de la Parroquia María Auxiliadora de Resistencia celebrará la Santa Misa en acción de gracia por el Ex Cardenal y actual Papa Francisco.

Comparto un poco de actualidad del principal protagonista de este informe y luego un poco de historia narrada por la Señora Carmen Ramírez quien antes de partir al llamado de Dios, dejó plasmado en el escrito que luego transcribiré tal cual llegó a mis manos por parte del Padre Fernando Goicochea.

Tras la renuncia de Benedicto XVI, y durante el cónclave, el 13 de marzo de 2013 Jorge Bergoglio fue elegido Papa. Adoptó el nombre de Francisco y desde su primera aparición emocionó a sus feligreses, a quienes pidió: “Recen por mí”.

El actual Obispo Jesuita de Loma de Zamora está cumpliendo 25 años de su ordenación episcopal en el Domo del Centenario de la ciudad de Resistencia Chaco. El monseñor Jorge Rubén Lugones su boda de plata estará festejando con una celebración Eucarística en la Catedra “Nuestra Señora de la Paz” de Loma de Zamora a las 18:40 horas.

Narrado por la Sra. Carmen Ramírez, testigo directo

“El Padre Jorge Lugones, párroco de la Iglesia San Javier de Resistencia, se ordena de obispo el viernes 30 de julio de 1999. La ceremonia de realiza en el Domo. Los invitados: sacerdotes y obispos de distintos lugares de la República Argentina y de Paraguay. Delegaciones de las parroquias de Resistencia y del interior del Chaco con sus respectivos sacerdotes. El domo resultó chico”.

“De Buenos Aires vienen varios obispos y dos cardenales: Mons. Estanislao Karlic y Jorge Mario Bergoglio, hoy nuestro Papa Francisco. También viene el nuncio apostólico. La celebración fue presidida por el Cardenal Bergoglio. Finalizada la misma en el Domo, lo trasladan al colegio don Bosco, donde tenían que cenar y dormir. Eran cinco los que llegaban al colegio.

Nuestro párroco, el P. René Galopo, y el director, P. Juan Dimántova, no estaban en Resistencia. Estaban de retiro en Manucho –Santa Fe-. Solamente estaba el P. Néstor Boretto”.

“Por mis funciones, los salesianos me pidieron que acompañara al P. Boretto, cosa que hice con gusto. Termina la celebración del Domo y vengo lo más rápido posible a esperar que lleguen. Vienen en distintos coches. Los recibe Carlitos, el portero, y los invita a subir en el ascensor al comedor. Yo los espero arriba junto al padre, y hago las presentaciones. Yo les recibí cuando llegaron al Domo, junto a los directores de Protocolo del gobernador y el Protocolo municipal (teníamos policía de civil que custodiaba sus pertenencias durante la celebración)”.

“El P. Boretto los acompaña a sus dormitorios a dejar sus maletines, luego vienen a la mesa para la cena. Ramonita, la cocinera, trae las bandejas con la comida, las bebidas… Gaseosa y agua. Yo me ofrezco para serviles la comida. El Cardenal Jorge Bergoglio me dice que no, que están acostumbrados a servirse solos la comida.

Viene el postre… los postres! Pues había varios. Yo les pregunto si quieren un cafecito, y casi todos aceptaron. Sólo el Cardenal Bergoglio me pidió un “tecito” de hierbas. Qué apurete!! No compramos nada de tecitos, Ramonita revolvió toda la cocina, hasta que encontró uno de manzanilla”.

“Mientras tomaba su tecito de hierbas, me llamó y me preguntó si tenía familia. Yo le contesto: ´Soy viuda y tengo dos hijos varones, ya grandes´. Me preguntó: ¿Dónde están? ´En mi casa, me están esperando´. Me tomó de la mano y me dijo que me fuera con mis hijos. Yo le dije: ´Tengo que ayudar a juntar la mesa´. ´Yo lo hago por vos´, me contestó. Lo miré al P. Boretto y me hizo una señal con las manos que los salude a todos, y me vine. Lo que más extrañé fueron los postres, que me estaba preparando para probarlos…”

“El más conversador de todos era Jorge Bergoglio. A la mañana siguiente, a las 7:00 horas, vinieron a buscarlos para tomar el vuelo a Buenos Aires. El portero, don Azcona –el padre de Sergio- me contó que a las 5:00 de la mañana, ya estaban levantados, él les preparó un cafecito. Y luego les pidieron que les abriera la parroquia, entraron un rato a rezar”.

Carmen Ramírez

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