En su reflexión dominical, monseñor Juan Ignacio Liébana, obispo de Chascomús, invitó a meditar el Evangelio que narra la curación de los leprosos, destacando que la verdadera promoción humana sólo se alcanza cuando el hombre se une a Dios.

El prelado recordó que, desde los orígenes del cristianismo, la evangelización ha estado unida a la defensa de la dignidad humana y los derechos de toda persona.

"Defender la dignidad humana -afirmó- es mirar al hombre en su integridad de materia y espíritu, de alma y cuerpo. Atentar contra su religiosidad es atentar contra su dignidad".

Llamado a los legisladores
De cara a las próximas elecciones, monseñor Liébana exhortó a los futuros legisladores a no excluir la dimensión religiosa del ser humano en la vida pública.

"Qué importante es que en las escuelas públicas se lo reconozca a Dios, se lo nombre, se lo incluya como contenido esencial de la educación", expresó.

El obispo advirtió que la exclusión de Dios del ámbito público ha contribuido a la crisis de valores, al crecimiento de las adicciones y a la violencia social. "Volver a Dios será la clave para volver al hombre y sanarlo en su raíz más profunda", concluyó.